- Ingestión de elementos de aseo, medicamentos o baterías.
- Fiebre de difícil manejo que no cede con los antipiréticos habituales, especialmente en menores de 3 meses.
- Quemaduras por agua caliente, fuego o productos químicos.
- Caídas de altura con compromiso de conciencia.
- Vómitos incontrolables.
- Evacuaciones líquidas de algo gastado con moco o sangre.
- Niños que respiren muy rápido, con quejido, fatigados, que se hunden las costillas al respirar.
Pediateam cuida de ti…

